Ayer viernes, como todos los días me despierto a media tarde, y me encuentro en el comedor pegada al televisor a mi madre, silenciosa, angustiada… una lágrima recorre su mejilla, giro la mirada al televisor y observo que ETA ha vuelto a ladrar de la única forma que sabe, mediante el asesinato. Esta vez han fijado su mira hacia el inspector de la Policía Nacional Eduardo Puelles García, jefe de Grupo de Vigilancias Especiales de la Brigada de Información de la Policía Nacional, que lo han asesinado mediante una bomba lapa colocada en su coche. Esta es la forma que ha tenido ETA de conmemorar su mayor matanza, el atentado de Hipercor donde 22 personas fueron asesinadas y 45 heridas graves, 22 de las cuales quedaron inválidas. Ayer viernes se cumplían 22 años.
No quiero ver más dolor, me acerco a mi madre, le doy un beso y me vuelvo para mi habitación. No hacen falta palabras, ni preguntas, ni siquiera respuestas; lo han asesinado por ser español, policía y trabajar al servicio del ciudadano.
Mi madre es una de esas mujeres que ha vivido de cerca el terror, con el miedo de saber si volverá su marido a casa después de una jornada de servicio al ciudadano o de si sus hijos encontraran la muerte jugando en el patio de la casa cuartel. Muchas veces me cuenta la vez que mi padre se libró de una bomba de Terra Lliure o recuerdo cuando me llamó que subiera a casa rápidamente justó después del atentado de Vic.
Curiosamente hoy sábado hace una semana que se realizaba en Vic un homenaje a todas las víctimas del terrorismo. El acto se realizó en el solar donde un 29 de mayo de 1991 se alzaba una casa-cuartel de la Guardia Civil. Ese día primaveral, un exmiembro de Terra Lliure que se pasó a las filas de ETA, Joan Carles Monteagudo, llenó de terror y de sangre las paredes del edificio. Monteagudo, junto con dos miembros más de ETA, observó como la puerta de acceso al cuartel estaba abierta y en su patio interior jugaban, como cada tarde, los hijos y familiares de los guardias civiles destinados en Vic. El exmiembro de Terra Lliure, fue el encargado de dirigir el coche bomba con 70 kilos de amonal y metralla hacia el interior de la casa-cuartel y detonarlo, ni los rostros de los niños que jugaban en el interior, ni de la gente que paseaba por los alrededores, impidió que Monteagudo dirigiera el coche bomba hacia el interior del edificio y lo hiciera detonar. El balance, 10 muertos, entre ellos el de 4 niñas, y una treintena de heridos.
Lamentablemente, ese mismo día que se hacía el homenaje a todas las víctimas del terrorismo, en la misma localidad barcelonesa de Vic, el ayuntamiento cedió un espacio público para que se realizara un acto de homenaje a Terra Lliure. ¿Una casualidad macabra? Claro que no, resulta curioso que en el consistorio de Vic, hayan tres concejales de la CUP, sí, de ese partido que no condenar los atentados de ETA a la vez que condena las supuestas agresiones de las fuerzas de seguridad del estado (fuerzas de ocupación las nombran ellos) a terroristas. Y digo que resulta curioso, porqué con 3 concejales en las próximas elecciones puede valer una mayoría y una alcaldía para el PSC o CiU. No menos macabro resulta que hasta el pasado sábado, en el lugar no había absolutamente nada que recordara a las víctimas de ese atentado. Ha tenido que pasar 18 años, no pudo ser antes, para que una placa recuerde a esas mujeres y a esas niñas, que les robaron su vida aquella tarde primaveral por el mero echo de ser hijas y mujeres de guardias civiles. Muchos son los días en que pienso, que una de esas niñas podía ser yo y que una de esas mujeres, mi madre.
Hoy, se recuerda al último asesinato de ETA, hoy se habla de la valentía y de la lucha contra ETA de Eduardo Puelles García, se le condecora con la Medalla de Oro al Mérito Policial. No bastó con su participación en la detención de más de setenta miembros de ETA o la desarticulación de comandos, ha tenido que ser asesinado para que se le reconozca su valentía, su esfuerzo, su trabajo, su lucha. Solo espero que no tenga que volver a pasar 18 años, para que se le vuelva a recordar. Y ni un día más, para que todos los partidos políticos y toda la ciudadanía se unan para luchar, como verdaderos demócratas, para exigir la derrota del terrorismo y poder vivir en libertad.
Pero como siempre, algunas mentes retorcidas han aplaudido el atentado de ETA, ha pasado en Paris, cuando varios de los acusados en el juicio que se celebra en la capital francesa contra ocho miembros del aparato logístico de ETA aplaudieron cuando se hizo alusión al atentado. Pero no hay que ir hasta Francia para sentir repugnancia y asco. Al lado de casa, podemos encontrar a muchas ratas sueltas. Y es que los dirigentes de Iniciativa Internacionalista (II) que tuvieron ayer una nueva oportunidad para condenar el terrorismo de ETA, no lo hicieron. Ninguno de los integrantes de la lista electoral hizo declaración pública alguna lamentando y condenando el asesinato del inspector de Policía. Pero tampoco hace falta ir a mirar a Batasuna, en Cataluña, la CUP, como siempre y ya he mencionado anteriormente, tampoco condena el atentado, aunque sí denuncian un presunto fraude electoral en las elecciones europeas, donde según ellos no se han contado todos los votos de Iniciativa Internacionalista. Sin comentarios.
Finalmente, quiero expresar personalmente y en nombre de todos los afiliados, simpatizantes y votantes de Ciudadanos en la provincia de Gerona, nuestra total repulsa y nuestra más firme condena por el asesinato de Eduardo Antonio Puelles García así como comunicar nuestras más profundas condolencias a los familiares y amigos de la víctima y mostrar nuestro total apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado y, muy especialmente, a nuestro Cuerpo Nacional de Policía.
Fran Hervías Chirosa
Portavoz de C's en la Provincia de Girona.